viernes, 20 de diciembre de 2013

CHIGUAZA NUESTRO CERRO DE LA LUNA

Sobre los terrenos de la antigua luna Muisca, esos mismos sobre los cuales, años después y en tiempos de la colonia, la comunidad Jesuita levantara en adobe y yeso  una monumental hacienda sobre las postrimerías de la quebrada  “La Chiguaza”,  hacienda destinada para el procesamiento de trigo y la producción de harina que surtía a la ciudad de Santa Fe,  y que por ende llevaría el nombre de:   “Molinos – La Chiguaza”.  Sobre estos terrenos cuyos últimos dueños fueron los  Morales Gómez,  quienes fraccionarían la hacienda y la venderían en  lotes, a familias de escasos recursos que provenían de distintas provincias de Cundinamarca y Boyacá,   y otras que se apropiaron de la tierra  por el simple hecho de arribar allí y levantar un techo donde sus pies se detuvieran. Sobre estos terrenos en los que hoy, segunda década del siglo XXI,  se sostienen treinta y tres barrios y poco más de ciento cincuenta mil personas que conviven con una quebrada  agonizante y una vieja hacienda en ruinas:  La Paz Cebadal, Naranjos,  Caracas,  Palermo Sur, Danubio, Molinos, Cultivos, miles de rostros  que confluyen en una misma realidad, una misma cotidianidad levantada sobre un cerro que sostiene sus centenares de casas que se ordenan en fila  y hacia la cima, esa misma donde la luna se detiene  para iluminar las noches de la sabana, según lo decían nuestros ancestros indígenas.  Sobre estas tierras que ahora son parte de la localidad de Rafael Uribe Uribe en el Distrito Capital de Bogotá, y después de muchas batallas realizadas por la comunidad,  la avenida “La Chiguaza” les es entregada completamente nueva, completamente reinventada.


Carlos León es presidente del barrio Comuneros segundo sector y presidente de la Asociación de Juntas de la Localidad de Rafael Uribe, un  ciudadano convencido en el servicio a la comunidad, tan convencido, que este sentido del servicio  lo condujeron a él, y otros líderes comunales del sector Chiguaza,  a levantar una lucha que duró cinco años y más de 278 folios radicados.

Según Carlos León, la vía “La Chiguaza”, la primera que tuvieron, desapareció hace ya bastante tiempo,  dejando entre sus vestigios,  un camino de lodo y maleza que desconectó el costado sur de la UPZ Diana Turbay  del resto de la ciudad. Por allí no era posible ningún tipo de tránsito, por allí ni los propios pies eran seguros, puesto que predominaba el barro sobre cualquier otra forma de suelo, y el barro se tragaba todo, botas, llantas de bicicleta, lo que fuese,  dejando de los vestigios de esta vía, poco menos que una forma de recuerdo al que todos esquivaban la vista.

Pero fue en el año 2008 precisamente, cuando los líderes comunales de los barrios del sector,  tomaron la iniciativa de gestionar la recuperación de la  vía La Chiguaza,  y empezaron entonces a movilizarse, entre solicitudes a la UMV y al IDU. Demandas, derechos de petición, entre otros; y según lo narra Carlos León,  en agosto de 2008, fue adjudicado el proyecto de reconstrucción de la vía  La Chiguaza.





Sin embargo, y aunque el recurso fue entregado a la firma contratista,  la obra nunca se realizó, por razones que conocemos todos y que no se justifica recordar ahora; sin embargo, dicho desfalco le costó más de un sueño a la comunidad del sector de la Chiguaza, más de una esperanza, más de una confianza puesta en que la salida a la Av Caracas era posible.

Los años fueron transcurriendo y con ellos, la resistencia de los líderes comunitarios fue mermando poco a poco, las esperanzas debilitándose, la impotencia afloraba, y sólo el espíritu firme los pudo sostener.  Las gestiones parecían inocuas nadie respondía, nadie enseñaba el rostro, y la esperanza por la comunidad de presenciar la reconstrucción de su vía,  desvanecía a cada paso de segundo que evaporaba en la penumbra del silencio administrativo.

Ya cuando la esperanza se encontraba casi muerta,  pero la continuidad de las gestiones por parte de los líderes comunales se mantenía a la constante,  e iniciando el año de 2012, el proyecto de recuperación de la vía a la Chiguaza tuvo por fin su real nacimiento, las obras duraron poco más de un año, pero por fin a mediados del mes de agosto de 2013,  una fulgurosa avenida que inicia en el barrio Molinos segundo sector y se proyecta hacia la zona alta de la UPZ Diana Turbay,  era presentada oficialmente a la comunidad de la Chiguaza,  y asistieron en bandada  líderes,  niños, amas de casa,  hombres y mujeres quienes con las expectativas nuevas y los rostros embebidos de júbilo,  se acercaban a comprobar que en realidad era cierto, que la vía estaba terminada, que lo soñado alguna vez, y muchas veces en tiempos anteriores, tenía su eco en la realidad, apareciendo ante sus ojos inundados de alegría desde la mirada hasta el brillo que se proyecta en todo el rostro cuando se llega al final de toda lucha.

Cómo un acto simbólico, y sobre la nueva vía la Chiguaza,  don Carlos León depositó los 278 folios  que dan el testimonio de cinco años de lucha, de promesas rotas, de caídas y renacimientos,  278 folios que significan una reivindicación de la lucha comunitaria,  de aquella que logra triunfar  cuando las voces se unen hacia una misma causa, cuando pesan más los intereses de todos que los propios. 278 folios que representan noches que parecían perdidas,  diligencias, sellos, firmas, autenticaciones, tiempo que parecía perdido,  anhelos que parecían perdidos.  278 folios que representan el descanso de los líderes de la Chiguaza quienes lograron llegar hasta el final sin desfallecer.


Sobre estos terrenos donde la luna se posa en las noches para descansar, en estas noches su reflejo rebota sobre el asfalto nuevo que engalana la nueva vía  “La Chiguaza”, nuestro cerro de la luna ahora tiene un camino, nuestro cerro de la luna ahora tiene un peso menos.


 

1 comentario:

  1. Me ha gustdao mucho su blog la infomacion es muy buena y bien redactado.
    Le invito a visitar vibradores

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