El
sueño de vida de la Bogotá Humana.
(Testimonio de la labor realizada en el Colegio Agustiniando por parte de Viaje al Corazón de la Calle)
La apuesta de la
Bogotá Humana es trabajar para que cada una de las acciones realizadas por el
gobierno distrital se convierta en semilla de esperanza. Y así el día de mañana
esas semillas germinen en una Bogotá que tenga el rostro y el sentir de su
gente grabado en todas sus obras.
El anhelo de este
gobierno progresista es que en el Plan de Vida de la ciudad, su desarrollo no
sea medido únicamente por grises cifras de crecimiento macroeconómico o por la
cantidad de obras que el concreto deje en el paisaje urbano. Sino que el
bienestar de Bogotá también se pueda apreciar a través de las palabras,
escuchadas con profundo respeto, de aquellos que nunca tuvieron voz para una
sociedad excluyente, o en las sonrisas luminosas de ancianos y niños que
comienzan a ser valorados como el alma de esa nueva ciudad, por encima de las
calles, los edificios o los carros.
Así surgirá la
anhelada ciudad donde, al fin, el valor de las personas no será medido por el
estrato socioeconómico al que pertenezcan, sino por el reconocimiento que
gobierno e instituciones hagan a los ciudadanos como Seres Humanos. Valor que nunca más podrá ser cuantificado.
Enmarcados en ese
propósito la Unidad de Mantenimiento Vial, entidad distrital encargada de
reparar la malla vial local de la ciudad (eso quiere decir las calles de los
barrios), ha asumido la misión de ‘encontrar
el rostro del hueco’. Así, a la vez que la UMV realiza la intervención
técnica de las calles, que las personas han priorizado democráticamente en los
Cabildos Ciudadanos de Vías realizados en agosto de 2012 en las 117 UPZ de la
ciudad, también lleva a cabo una intervención de tipo social.
Esa intervención
social la hemos llamado Viaje al Corazón de la Calle y una de sus actividades consiste
en escuchar y compartir con los habitantes que viven en torno a esa calle que
se repara, conociendo sus historias de vida y las historias que guardan la
memoria de su calle. También se realizan talleres de creación artística colectiva
y de música con los ancianos, con los jóvenes y con los niños y niñas de los
colegios que le dan vida y alegría a las calles que se recuperan.
El
trabajo con los niños y niñas del Agustiniano Salitre.
Es así como llegamos
a tocar las puertas del colegio Agustiniano Ciudad Salitre. Mientras los
ingenieros y los obreros de la Unidad hacían su trabajo como ‘cirujanos de la
vía’ trabajando en la rehabilitación de la Calle 23C con Carrera 69B, el grupo
de gestores sociales desarrollábamos talleres del programa Viaje al Corazón de la Calle con estudiantes de Cuarto a Undécimo
grado.
Como un rastro de
memoria de las vivencias y la riqueza que encontramos en tres de esos talleres
realizados con los niños y niñas de Cuarto D y Quinto C, presentamos este
escrito, cuyo origen yace en el corazón de esos niños y niñas con los que
tuvimos la fortuna de trabajar.
Niños
¿qué es la imaginación?
Entrar al salón de 4D
significó para nosotros encontrarnos con una luminosa alegría que contagiaba el
espíritu. Al proponerles a los niños y niñas que hiciéramos un taller sobre la
calle que soñamos, su respuesta fue contundente, todos quisieron participar,
todos se dispusieron a entrar en ese viaje al que los invitamos. Así que
hicimos un gran círculo con las sillas y les dijimos que la imaginación era
indispensable para lograr nuestro propósito; por esa razón les preguntamos qué
era la imaginación para ellos. Casi todos levantaron sus manos para participar
y aquí compartimos algo de lo que nos dijeron:
Para mí la
imaginación es…
J …un pensamiento donde uno
no tiene límites.
J …un sentimiento que expresa
creatividad.
J
…pensar algo para crearlo y expresarlo.
Crear más cosas en el mundo para que el mundo sea mejor.
J …crear cualquier cosa en la
mente.
J …pensar algo y dibujarlo.
J …cuando uno logra imaginar
a un ser, a una persona que está al lado tuyo pero nadie la puede ver, solo tú;
ahí se puede crear en la mente.
J …pensar algo que no existe
pero quieres que exista.
J
…inventar sin límites.
Escuchar este tipo de
definiciones de niños y niñas de 8 y 9 años nos muestra la potencialidad
creativa de nuestra infancia, su capacidad para crear nos muestra que a los
niños y niñas de hoy en día deben ser más y mejor escuchados por los adultos,
debemos brindarles espacios para que desarrollen su creatividad y así sean
constructores de su propia felicidad. Muchas veces los padres de familia hemos
creído que podemos compensar la falta de tiempo para nuestros hijos e hijas con
regalos y generalmente los llenamos de aparatos modernos porque están de moda,
videojuegos, celulares y computadores de última tecnología no sustituyen los
abrazos de papá y mamá ni las historias antes de dormirse ni la invitación a
que jueguen como lo hacíamos nosotros cuando fuimos niños. Tratamos de llenar
vacíos de tiempo con sofisticados regalos sin ser conscientes que estamos haciendo
‘huecos’ en la calle de los sueños de nuestros hijos e hijas.
Los niños y niñas del
colegio Agustiniano nos enseñaron en una semana compartiendo juntos que tienen
un universo por descubrir y por contarnos, quizá nuestras ciudades puedan ser
más amables, más humanas si aprendemos a escuchar la voz de nuestros niños y
niñas, en su imaginación y creatividad está la respuesta de muchos de los
problemas que hoy adolecemos como sociedad.
Motivados por la
creatividad de estos niños niñas, continuamos
con el taller. Con las chaquetas del uniforme improvisaron unas vendas y se
taparon los ojos, en la oscuridad que surgía estaba la posibilidad de que
miraran con otros ojos, su imaginación se convertía en su nueva luz. Los invitamos
a construir una historia entre todos y todas. Les llevamos varios instrumentos
que generaban sonidos novedosos para ellos, cuencos tibetanos, ocarinas,
harmónicas, arpas vietnamitas, maracas… Hacíamos un sonido y al detenernos ellos
y ellas comenzaban a narrar lo que surgía en su imaginación, debían tejer su
relato, alguien hablaba y otro, entre sonido y sonido, continuaba…
El resultado… Una
historia donde surgió una luna luminosa que brillaba más que el sol y que
dejaba ver un nuevo mundo donde había una selva habitada por indígenas que
tocaban instrumentos mágicos con los que hacían aparecer las cosas que se
imaginaban, luego surgió en el cielo un agujero negro por el cual llegaron
muchos alienígenas al planeta, pero no eran violentos sino que querían
compartir pero como no conocían la lengua de los habitantes, lo que hicieron
fue iniciar una guerra musical, una guerra donde no había muertos ni heridos,
sólo compartían su música, la música que se imaginaban la hacían sonar a través
de los instrumentos mágicos.
Luego la historia
tomaba virajes inesperados, nos llevaron a bellísimos jardines de París y
comenzaron a surgir personajes que querían tomar protagonismo de la historia,
apareció Pamela, Laura y Max una fugaz historia de amor infantil se tejió en
medio del relato hasta que surgió de la mente de un niño el famoso villano de
la Guerra de las Galaxias: Dart Vader! Fue a dar al traste con esa inocente historia
de amor que apenas quería nacer.
Niños y niñas se
dejaban llevar por la música que pintaban de todos los colores inventaban y reinventaban
cada recuerdo que les proporcionaba su imaginación para contar su propia
historia, la historia de su calle. Todos y todas querían hablar, todas querían crear, no había
timidez, no había miedo a equivocarse, a decir algo incorrecto, nadie los
calificaba, sólo se los motivaba a volar.
Luego… volver a la
tierra, al salón, quitarse las vendas y cruzar sus miradas llenas de complicidad,
con sonrisas que revelaban una admiración colectiva por haber sido creadores de
una historia de todos y de todas, en ese momento no fueron estudiantes de
cuarto o quinto grado, en ese momento fueron como ellos mismos se llamaron:
Navegantes del Universo...
Al siguiente día nos
recibieron como si nos conociéramos de tiempo atrás, ya no éramos extraños, la
Bogotá Humana a través de la recuperación de sus calles se acercaba un paso a
la mirada de sus niños y niñas.
Ahora cuando los
trabajadores de la UMV terminaron la vía en frente del colegio Agustiniano, los
niños y las niñas del colegio la miran y se sienten parte de su reparación.
Saben que las historias que tejieron hicieron parte de la calle soñada que hoy
pueden disfrutar día a día.
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