viernes, 20 de diciembre de 2013

EL SUEÑO DE LA VÍA DE LA BOGOTÁ HUMANA

El sueño de vida de la Bogotá Humana.
(Testimonio de la labor realizada en el Colegio Agustiniando por parte de Viaje al Corazón de la Calle)

La apuesta de la Bogotá Humana es trabajar para que cada una de las acciones realizadas por el gobierno distrital se convierta en semilla de esperanza. Y así el día de mañana esas semillas germinen en una Bogotá que tenga el rostro y el sentir de su gente grabado en todas sus obras.
El anhelo de este gobierno progresista es que en el Plan de Vida de la ciudad, su desarrollo no sea medido únicamente por grises cifras de crecimiento macroeconómico o por la cantidad de obras que el concreto deje en el paisaje urbano. Sino que el bienestar de Bogotá también se pueda apreciar a través de las palabras, escuchadas con profundo respeto, de aquellos que nunca tuvieron voz para una sociedad excluyente, o en las sonrisas luminosas de ancianos y niños que comienzan a ser valorados como el alma de esa nueva ciudad, por encima de las calles, los edificios o los carros.
Así surgirá la anhelada ciudad donde, al fin, el valor de las personas no será medido por el estrato socioeconómico al que pertenezcan, sino por el reconocimiento que gobierno e instituciones hagan a los ciudadanos como Seres Humanos. Valor que nunca más podrá ser cuantificado.
Enmarcados en ese propósito la Unidad de Mantenimiento Vial, entidad distrital encargada de reparar la malla vial local de la ciudad (eso quiere decir las calles de los barrios), ha asumido la misión de ‘encontrar el rostro del hueco’. Así, a la vez que la UMV realiza la intervención técnica de las calles, que las personas han priorizado democráticamente en los Cabildos Ciudadanos de Vías realizados en agosto de 2012 en las 117 UPZ de la ciudad, también lleva a cabo una intervención de tipo social.
Esa intervención social la hemos llamado Viaje al Corazón de la Calle y una de sus actividades consiste en escuchar y compartir con los habitantes que viven en torno a esa calle que se repara, conociendo sus historias de vida y las historias que guardan la memoria de su calle. También se realizan talleres de creación artística colectiva y de música con los ancianos, con los jóvenes y con los niños y niñas de los colegios que le dan vida y alegría a las calles que se recuperan.

El trabajo con los niños y niñas del Agustiniano Salitre.
Es así como llegamos a tocar las puertas del colegio Agustiniano Ciudad Salitre. Mientras los ingenieros y los obreros de la Unidad hacían su trabajo como ‘cirujanos de la vía’ trabajando en la rehabilitación de la Calle 23C con Carrera 69B, el grupo de gestores sociales desarrollábamos talleres del programa Viaje al Corazón de la Calle con estudiantes de Cuarto a Undécimo grado.

Como un rastro de memoria de las vivencias y la riqueza que encontramos en tres de esos talleres realizados con los niños y niñas de Cuarto D y Quinto C, presentamos este escrito, cuyo origen yace en el corazón de esos niños y niñas con los que tuvimos la fortuna de trabajar.

Niños ¿qué es la imaginación?         
Entrar al salón de 4D significó para nosotros encontrarnos con una luminosa alegría que contagiaba el espíritu. Al proponerles a los niños y niñas que hiciéramos un taller sobre la calle que soñamos, su respuesta fue contundente, todos quisieron participar, todos se dispusieron a entrar en ese viaje al que los invitamos. Así que hicimos un gran círculo con las sillas y les dijimos que la imaginación era indispensable para lograr nuestro propósito; por esa razón les preguntamos qué era la imaginación para ellos. Casi todos levantaron sus manos para participar y aquí compartimos algo de lo que nos dijeron:
Para mí la imaginación es…
J …un pensamiento donde uno no tiene límites.
J …un sentimiento que expresa creatividad.
J …pensar algo para crearlo y expresarlo. Crear más cosas en el mundo para que el mundo sea mejor.
J …crear cualquier cosa en la mente.
J …pensar algo y dibujarlo.
J …cuando uno logra imaginar a un ser, a una persona que está al lado tuyo pero nadie la puede ver, solo tú; ahí se puede crear en la mente.
J …pensar algo que no existe pero quieres que exista.
J …inventar sin límites.

Escuchar este tipo de definiciones de niños y niñas de 8 y 9 años nos muestra la potencialidad creativa de nuestra infancia, su capacidad para crear nos muestra que a los niños y niñas de hoy en día deben ser más y mejor escuchados por los adultos, debemos brindarles espacios para que desarrollen su creatividad y así sean constructores de su propia felicidad. Muchas veces los padres de familia hemos creído que podemos compensar la falta de tiempo para nuestros hijos e hijas con regalos y generalmente los llenamos de aparatos modernos porque están de moda, videojuegos, celulares y computadores de última tecnología no sustituyen los abrazos de papá y mamá ni las historias antes de dormirse ni la invitación a que jueguen como lo hacíamos nosotros cuando fuimos niños. Tratamos de llenar vacíos de tiempo con sofisticados regalos sin ser conscientes que estamos haciendo ‘huecos’ en la calle de los sueños de nuestros hijos e hijas.
        
Los niños y niñas del colegio Agustiniano nos enseñaron en una semana compartiendo juntos que tienen un universo por descubrir y por contarnos, quizá nuestras ciudades puedan ser más amables, más humanas si aprendemos a escuchar la voz de nuestros niños y niñas, en su imaginación y creatividad está la respuesta de muchos de los problemas que hoy adolecemos como sociedad.     

Motivados por la creatividad de estos niños  niñas, continuamos con el taller. Con las chaquetas del uniforme improvisaron unas vendas y se taparon los ojos, en la oscuridad que surgía estaba la posibilidad de que miraran con otros ojos, su imaginación se convertía en su nueva luz. Los invitamos a construir una historia entre todos y todas. Les llevamos varios instrumentos que generaban sonidos novedosos para ellos, cuencos tibetanos, ocarinas, harmónicas, arpas vietnamitas, maracas… Hacíamos un sonido y al detenernos ellos y ellas comenzaban a narrar lo que surgía en su imaginación, debían tejer su relato, alguien hablaba y otro, entre sonido y sonido, continuaba…

El resultado… Una historia donde surgió una luna luminosa que brillaba más que el sol y que dejaba ver un nuevo mundo donde había una selva habitada por indígenas que tocaban instrumentos mágicos con los que hacían aparecer las cosas que se imaginaban, luego surgió en el cielo un agujero negro por el cual llegaron muchos alienígenas al planeta, pero no eran violentos sino que querían compartir pero como no conocían la lengua de los habitantes, lo que hicieron fue iniciar una guerra musical, una guerra donde no había muertos ni heridos, sólo compartían su música, la música que se imaginaban la hacían sonar a través de los instrumentos mágicos.

Luego la historia tomaba virajes inesperados, nos llevaron a bellísimos jardines de París y comenzaron a surgir personajes que querían tomar protagonismo de la historia, apareció Pamela, Laura y Max una fugaz historia de amor infantil se tejió en medio del relato hasta que surgió de la mente de un niño el famoso villano de la Guerra de las Galaxias: Dart Vader!  Fue a dar al traste con esa inocente historia de amor que apenas quería nacer.
Niños y niñas se dejaban llevar por la música que pintaban de todos los colores inventaban y reinventaban cada recuerdo que les proporcionaba su imaginación para contar su propia historia, la historia de su calle. Todos y todas  querían hablar, todas querían crear, no había timidez, no había miedo a equivocarse, a decir algo incorrecto, nadie los calificaba, sólo se los motivaba a volar.
Luego… volver a la tierra, al salón, quitarse las vendas y cruzar sus miradas llenas de complicidad, con sonrisas que revelaban una admiración colectiva por haber sido creadores de una historia de todos y de todas, en ese momento no fueron estudiantes de cuarto o quinto grado, en ese momento fueron como ellos mismos se llamaron: Navegantes del Universo...
                      
Al siguiente día nos recibieron como si nos conociéramos de tiempo atrás, ya no éramos extraños, la Bogotá Humana a través de la recuperación de sus calles se acercaba un paso a la mirada de sus niños y niñas. 

Ahora cuando los trabajadores de la UMV terminaron la vía en frente del colegio Agustiniano, los niños y las niñas del colegio la miran y se sienten parte de su reparación. Saben que las historias que tejieron hicieron parte de la calle soñada que hoy pueden disfrutar día a día. 





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